No lo siguen los reflectores, no lo persiguen los periodistas, no es el favorito de los fanáticos, pero el venezolano Ronald José Hernández Pimentel es la “fuerza callada” de Atlanta United.
Sin muchos aspavientos el lateral derecho ha respondido cada que el técnico de Atlanta, Rob Valentino, lo necesita. Es disciplinado, rápido por su sector, no se complica tratando de hacer una de más, por eso quita el balón y lo entrega inmediatamente.
Cuando el lateral titular del equipo se lesionó en el primer partido de postemporada frente a Miami y se conoció que no volverá hasta el próximo año, muchos se llevaron las manos a la cabeza, pero el técnico confió en él y el venezolano no ha defraudado.
En los dos juegos siguientes contra el equipo de Messi, Suárez y su ejército de buenos jugadores, Hernández cumplió un papel destacado. Se encargó de controlar los avances del español Jordi Alba y el paraguayo Diego Gómez por su banda.
Él tiene claro que no es el mejor cuando se lanza al ataque, incluso no hace los mejores centros de costado, pero con su derroche de sacrificio y su rendimiento en defensa basta y sobra.
El domingo Ronald y el resto del plantel de las cinco bandas tendrán otra final, un juego en el que literalmente es ganar o morir, es la semifinal de la Conferencia frente a Orlando City.
Una vez más Atlanta United no es el favorito, de nuevo tendrán que jugar en cancha rival, pero eso parece que le ha venido bien al conjunto de Georgia en las últimas semanas.
Jugando a domicilio Atlanta venció a Orlando en la última fecha de la temporada regular, que le sirvió para clasificar a postemporada. Luego tuvo que desplazarse a Montreal para definir el rival de Miami en la primera fecha de playoffs y de nuevo salieron adelante.
Cuando lo daban prácticamente eliminado en su enfrentamiento contra Inter Miami, Atlanta ganó dos de tres partidos y se instaló en la semifinal de la Conferencia Este y ahora viene el nuevo reto: Orlando City.
No la tendrán nada fácil Ronald ni sus compañeros controlando el ataque de los leones púrpuras, pero Atlanta parece funcionar mejor cuando está contra las cuerdas.
