Terminó la Copa América 2024, con un merecido triunfo de la Selección Argentina, fue el mejor equipo en la final y eso lo hace merecedor al titulo, pero en cuestiones de organización quedó en deuda la Conmebol, Concacaf y los Estados Unidos, país sede.
Comenzaremos con la Conmebol, la dueña del evento, la que debe tener toda la responsabilidad de lo ocurrido, la Copa América es suya. Deberían tener toda la experiencia del mundo, ya que llevan 48 años organizando este importante certamen, que tiene 108 años de historia, el torneo más antiguo a nivel de selecciones.
La Copa América 2024 fue mal organizada, lo digo desde el punto de vista de la prensa. Las acreditaciones sólo se confirmaron días antes de comenzar el magno evento, lo que complicó la logística de los medios de comunicación para poder hacer bien su trabajo.
Nos pusieron a soportar unos calores impresionantes, haciendo unas filas absurdas, no utilizaron la mejor tecnología en el país líder en este aspecto. Todo parecía arcaico, con papelitos puestos en la credencial que no tenía un código de barras, las identificaban por el color. Una vergüenza.
En la final nos pusieron a hacer una fila bajo unos 96 grados Fahrenheit, y lo peor, que fue hasta fastidioso, es que nos sacaron de la sombra por 10 minutos, diciendo que ya nos iban a atender, pero no, se esperaron hasta las 3 de la tarde porque a esa hora comenzaban a ponerle una pegatina a la credencial, que indicaba que se podía entrar al juego, pero sólo para verlo, porque después había que hacer dos filas más para la solicitud de ingreso a la zona mixta, al palco de medios o a la rueda de prensa.
Cuando dije que fastidioso, fue porque las personas que atendían en la ventanilla, en esos 10 minutos de espera, se reían de la prensa por el desespero al calor, mientras ellos estaban con aire acondicionado. Al menos eso era lo que parecía, porque detrás del vidrio que las protegían, no se podía oír nada. Muy hermético y con alta protección como si los comunicadores fuéramos a hacer algún daño.
Ese mal servicio y desorganización fue una constante en toda la Copa. Trataron a los periodistas sin compasión alguna y en la mayoría de los escenarios vendiéndonos hasta las botellas de agua a unos precios muy altos (presento excusas por hablar en primera persona, pero fue lo que viví)
En cuanto al calendario, lo dijo Faustino Asprilla, histórico jugador colombiano, “En ningún torneo del mundo se juega una semifinal con el mismo equipo que se enfrentó en la zona de grupos, eso fue un chiste”.
Y la gota que derramó la copa se pudo observar en la final. Claro no hay justificación ver a esos vándalos ingresando al estadio por la fuerza, por los conductos del aire y saltando los muros, pero en cualquier lugar del mundo hay filtros, hay cordones de seguridad para verificar que sólo lleguen hasta las puertas del estadio las personas que tienen una boleta en mano.
En este punto no sólo está la Conmebol comprometida, también los organizadores locales, que no contrataron la seguridad suficiente y hasta la policía, que, en algunos lugares como Atlanta, brillaron por su ausencia. Y claro como lo vimos en la final, llegan tarde y con su estilo represivo pasando por encima de todos, justos o pecadores, para ellos todos eran iguales, culpables.
Y la solución también fue la peor, después de casi 40 minutos de retraso para que comenzara el juego, dejaron entrar a todos, para ya adentro del escenario y casi durante el juego, la policía agruparse para pedir los boletos a los asistentes y los que no los tenían sacarlos a la fuerza del estadio. Algo que a decir verdad lograron en un número muy pequeño, el sobrecupo fue preocupante y afuera quedaron muchas personas que sí tenían un boleto, comprado, en muchos casos, a precios exorbitantes.
Y qué decir de los 14 estadios que se utilizaron, escenarios perfectos en imagen e infraestructura, pero en el césped, lo más importante en el fútbol, supremamente deficientes. Una tristeza que ésto hubiera pasado.
Los técnicos y muchos jugadores se quejaron de esta situación y de los lugares de entrenamiento, que tampoco fueron los mejores y bajo temperaturas exageradas.
Hay muchas cosas para solucionar a futuro, como el que hayan sancionado a técnicos porque se demoraban unos minutos más en los descansos de los partidos, reglamentariamente por la FIFA son de 15 minutos, y en la final, por hacer un espectáculo al estilo súper tazón, se demoraron 25 minutos, ahí no se auto sancionaron…
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