La selección chilena de fútbol masculino derrotó este miércoles a Estados Unidos por 1-0 y se ganó el derecho a luchar el próximo sábado por el oro en los XIX Juegos Panamericanos, que se celebran en su país.
Un partido tenso y dinámico, muy apretado, que se resolvió gracias a unas genialidad a balón parado: en el minuto 57 César Pérez, uno de los jugadores más interesantes del torneo, ejecutó de forma brillante un libre directo ante el que nada pudo hacer el meta visitante, Antonio Carrera (FC Dallas).
El entorno de Eduardo ‘Totto’ Berizzo asegura que el entrenador sabe que tiene un filón de jóvenes jugadores con enorme proyección, pero que aún no sabe como introducirlos en la absoluta sin desencadenar una revolución y sin herir a una ‘generación dorada’ que se resiste a abandonar y dejar paso a los que vienen.
Entre ellos está el mediocentro de La Calera, pero también en la mayoría de la sub-23 que este jueves saltaron al terreno de juego en busca de la final en el abarrotado estadio Elías Figueroa, en la ciudad costera de Valparaíso.
Un oro en los Panamericanos, al igual que le ocurriera a España en las Olimpiadas de Barcelona 1992, podría ser el espaldarazo para su salto definitivo al primer equipo.
Con ese espíritu de reivindicarse a lo grande, concentrados y espoleados por el público, saltaron a la cancha y pronto se adueñaron del balón frente a una Estados Unidos expectante.
Un dominio en los primeros compases que fue un espejismo: poco a poco los norteamericanos comenzaron a recuperar el balón, moverlo con criterio y rondar el área defendida por Bryan Cortés, guardameta del Colo Colo y de la selección absoluta, aunque sin puntería.
Al final de los primeros 45 minutos la sensación era la contraria: el partido se hizo parejo y parecía que los norteamericanos todavía tenían capacidad de crecer más, pese a no tener jugadores de tanta experiencia.
Sin embargo, cuando más apretaban los visitantes, vino el jarro de agua fría derramado por Pérez, que a la fabulosa ejecución añadió la mala ubicación del arquero visitante, que vio entrar el balón por la escuadra que defendía.
Estados Unidos acusó el golpe y casi en la siguiente jugada Alexander Aravena, joven delantero de Universidad Católica de Chile ya asentado en la absoluta, pudo doblar la ventaja pero no supo embocarla a cinco metros del arco.
Desde entonces y hasta el final, los chilenos se dedicaron a defender con experiencia su ventaja, suficiente para acceder a su segunda final en Juegos Panamericanos, 36 años después de la que perdiera con Brasil (2-0) en Indianápolis.
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