El Barcelona se reencontró con la victoria liguera en el Olímpico Lluis Companys dos meses después y lo hizo con el modo apisonadora que trituró al Valencia (7-1), incapaz de dar una respuesta de peso a los jugadores de Hansi Flick, quienes declararon con su magnífico juego y eficacia que siguen en la pelea por el título pese a los siete puntos que tienen de desventaja respecto al Real Madrid.
La última victoria como local en LaLiga del Barça se remontaba al 3 de noviembre en el derbi ante el Espanyol. Desde entonces llegó el bajón más absoluto e inesperado. Las Palmas, Leganés y Atlético de Madrid se llevaron los tres puntos y con ellos, unidos a los tropiezos en Vigo, Sevilla y Getafe, perdió la ventaja, el liderato y entregó el mando a su eterno rival.
Entremedias el Barcelona había dejado señales de su poderío principalmente en la Supercopa ante Athletic y Real Madrid, en la Copa del Rey frente al Betis y en LaLiga en Mallorca, e incluso en la ‘Champions’ con los apurados pero vibrantes triunfos en Dortmund y Lisboa, pero necesitaba imperiosamente no volver a fallar en casa para impedir que el cuadro de Carlo Ancelotti se marchara a los diez puntos de renta después de vencer el sábado en Valladolid (0-3).
Flick, al margen de devolver la titularidad en la portería a Wojciech Szczesny, dio descanso al defensa uruguayo Ronald Araujo y al delantero Robert Lewandowski, cuya ausencia no acusó lo más mínimo porque el equipo fue un vendaval que no encontró respuesta en un Valencia que había dado buenas sensaciones desde la llegada al banquillo de Carlos Corberán y que sucumbió por todo lo alto en Montjuic para seguir hundido en la penúltima plaza a cuatro puntos de la salvación.
Nunca en su historia liguera, el Barcelona había encajado cuatro tantos antes de los primeros 25 minutos y las facilidades que dio las aprovechó el Barcelona para instalarse con un 4-0 a los 24 con los goles de Frenkie de Jong (m.3), Ferran Torres (m.8), el brasileño Raphinha (m.14) y Fermín López (m.24).
No le salió nada al Valencia y todo al Barcelona. Incluso el colegiado César Soto Grado dio marcha atrás después de señalar un penalti de Szczesny sobre Hugo Duro por entender, tras acudir al vídeo, que en el inicio de la jugada había existido falta de José Luis Gayá sobre Jules Kounde.
Nuevo mazazo que tuvo su culminación en la primera parte con el quinto tanto, de nuevo obra de Fermín. 5-0 al intermedio y podían haber sido más de no haber malogrado varias oportunidades bastante claras.
Ni siquiera el hecho de levantar algo el pie del acelerador del equipo de Flick y de un tanto de Hugo Duro justo antes de la hora supuso un alivio para el Valencia. El técnico alemán comenzó a mover el banquillo. Justo después de la diana visitante dio entrada a Lewandowski, que seis minutos después de pisar el césped reanudó la goleada, cerrada por un autogol de César Tárrega (m.75).
La victoria permite al Barcelona seguir a siete puntos del Real Madrid, acercarse a tres del Atlético de Madrid, que el sábado empató ante el Villarreal (1-1), y mantener la tercera posición, ahora con dos de ventaja sobre el Athletic, que también igualó en San Mamés frente al Leganés (0-0).
El equipo de Ernesto Valverde, pese a su constante ataque, no fue capaz de derribar el ordenado sistema organizado por Borja Jiménez, entrenador del equipo madrileño, que incluso tuvo varias buenas ocasiones para regresar con una victoria de la ‘Catedral’.
Un par de remates de Dani Vivian y Alex Berenguer, uno en cada periodo, fueron las mejores oportunidades de un Athletic sin claridad que vio cómo su rival se topó con los palos: el primero en el minuto 51 en un cabezazo de Miguel de la Fuente y el segundo en el 88 en un disparo desde fuera del área de Munir El Haddadi que repelió el larguero.
La lucha por el resto de plazas europeas se aprieta más cada jornada que pasa. Entre el Mallorca, sexto, y el Sevilla, duodécimo, hay tan solo tres puntos de diferencia. Entremedias está, a uno de los baleares, el Rayo Vallecano, a dos Girona, Real Sociedad y Betis, y a tres también Osasuna.
El conjunto rayista dio un auténtico disgusto a una de sus grandes leyendas, Míchel Sánchez, entrenador del Girona. Tenía el triunfo encaminado con una diana del internacional Bryan Gil (m.58), pero nunca se rindieron los hombres de Íñigo Pérez, que con su intensidad le dieron la vuelta al partido (2-1).
Dos jugadores que comenzaron el partido en el banquillo, Álvaro García y Randy Nteka, cambiaron la decoración a la contienda. Dos asistencias del andaluz y dos remates del delantero franco-angoleño en tres minutos (80 y 83) sellaron el definitivo 2-1 que supone la primera victoria del Rayo sobre el cuadro catalán en Primera y el séptimo encuentro del equipo de la franja sin perder.
Todo lo contrario para el Girona, que encajó su tercera derrota seguida entre liga y ‘Champions’, víctima también del acierto del meta argentino Augusto Batalla, providencial con tres grandes intervenciones en la prolongación.
Otro ‘euroequipo’ como la Real Sociedad también perdió su tercer partido esta semana, en su caso al caer en su feudo del Reale Arena ante un contundente Getafe (0-3), que con siete puntos en los tres últimos encuentros alivia su situación y se instala a tres del Espanyol, que marca el descenso.
«Ha sido una vergüenza de partido por nuestra parte», admitió a pie de campo nada más terminar el japonés Take Kubo, como siempre muy sincero. El equipo de Imanol Alguacil estuvo muy tierno en ambas áreas y lo pagó muy caro.
La salida al campo de Borja Mayoral al poco de cumplirse la hora fue determinante. No marcó, pero un disparo suyo acabó en el primer gol del partido, conseguido por el nigeriano Christantus Uche (m.72). Sin tiempo para que la Real Sociedad reaccionara, tan solo dos minutos después, sufrió un nuevo varapalo con el primer tanto de Carles Pérez, que puso la guinda a poco del final con el doblete.
El triunfo en San Sebastián completa una racha de cinco partidos oficiales en los que el conjunto madrileño ha conseguido cuatro victorias (dos en la Copa del Rey) y unas tablas. El sello que impone José Bordalás, innegociable, polémico a veces, basado en el orden, el esfuerzo y el juego directo, comienza a dar sus frutos pese a las carencias de una plantilla muy corta.
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