El empate sin goles entre el Bochum y el Heidenheim certificó el descenso del primero a la Segunda División de Alemania y colocó al segundo en una situación crítica, con muchas opciones de perder la categoría.

El empate era el peor resultado para los dos equipos. Sobre todo para el Bochum, que necesitaba una victoria para mantenerse con vida.

El punto le resultó insuficiente para seguir en la pelea por la permanencia. Es último, quedan seis unidades en juego y tiene una desventaja de ocho respecto al Hoffenheim, que marca la frontera de la salvación.
El Bochum, cuatro temporadas después de ascender a la Bundesliga, perderá la categoría.
El 0-0 tampoco fue una buena noticia para el Heidenheim, que también podría descender esta jornada si el St. Pauli y el Hoffenheim ganan sus encuentros. El primero tiene una ventaja de cinco puntos y el segundo de cuatro.
Aunque el Heidenheim dominó el choque e intentó hasta el final sumar la victoria, fue el Bochum el que tuvo las ocasiones más claras. Sobre todo una en la segunda parte de Myron Boadu, que estrelló un disparo contra un poste de la portería defendida por Frank Feller, sustituto en la segunda parte de Kevin Müller.
El guardameta del Heidenheim tuvo que abandonar el partido después de sufrir un aparatoso golpe con Ibrahima Sissoko. Quedó inconsciente sobre el césped, fue atendido durante diez minutos por los servicios médicos y salió en camilla entre los aplausos de un público que vivió dos sustos: la lesión de su portero y el posible descenso esta jornada de su equipo.
Más noticias de los LATINOS EN EE. UU
Costarricense, uno de los máximos goleadores en exótica liga europea