Misión cumplida para el Real Madrid en el último encuentro de su exitoso 2024, victoria ante el Sevilla, incluso menos holgada del 4-2 final, cariñoso y sentido homenaje del Santiago Bernabéu a toda una leyenda del club andaluz, de LaLiga y de la selección nacional como Jesús Navas en su adiós como futbolista profesional, y sorpaso al Barcelona para irse de vacaciones segundo a un punto del nuevo líder, el Atlético de Madrid, y con dos más que el cuadro de Hansi Flick.
Después de que el Atlético de Madrid se impusiera el sábado en Montjuic al Barcelona, el conjunto del italiano Carlo Ancelotti, que encaraba este encuentro con la Copa Intercontinental conseguida el miércoles en Lusail ante el Pachuca mexicano para completar el repóker de este año, era consciente de que no podía fallar ni distraerse como otras ocasiones pese a lo emotivo de la despedida a Navas y pese a tener la baja por sanción del brasileño Vinicius Junior.
Todo le salió a pedir de boca aún cuando los momentos de relajación le costaron dos goles, pero para su fortuna salió enchufado y con Kylian Mbappe al alza. El delantero francés no tardó más que diez minutos en abrir la cuenta con un potente disparo, suerte en la que incluso le superó, a los veinte, el uruguayo Fede Valverde con uno de sus habituales cañonazos.
El Sevilla, sin tensión, era presa fácil para un Real Madrid lanzado que incrementó su ventaja poco después de la media hora por medio del brasileño Rodrygo Goes, y aunque respondió rápidamente Isaac Romero al aprovechar el hueco que le dejó la ‘desaparecida’ zaga blanca la distancia era demasiado grande.
Y aunque no quiso rendirse el conjunto de Xavi García Pimienta, Brahim Díaz restableció la renta de tres dianas (m.53) para mantener la calma. Ancelotti aprovechó para conceder minutos a los menos habituales, Jesús Navas saltó al césped por el Sevilla ovacionado de nuevo por la afición madridista para disputar sus últimos minutos como profesional después de una carrera para el recuerdo que le convierten en leyenda y belga Dodi Lukebakio echó el cierre al partido con la segunda diana del cuadro andaluz, cuya última victoria en el Santiago Bernabéu se remonta a diciembre de 2008.
El Villarreal puso fin a su mala racha de cinco encuentros sin ganar con un triunfo en Butarque (2-5) ante un Leganés que se desmoronó con la expulsión con roja directa de Óscar Rodríguez a los 58 minutos por agresión a Yeremy Pino y que incluso luego se quedó con nueve hombres por expulsión de Jorge Sáenz.
El gran protagonista fue el delantero francés Thierno Barry con un triplete que frustró al equipo de Borja Jiménez, al que de nada de valió adelantarse en dos ocasiones en el marcador por medio del guineano Seydouba Cissé (m.6) y Dani Raba (m.33, de penalti).
El atacante de Lyon, punta de lanza de este Villarreal 2024/25, explotó sus condiciones de hombre de área en el feudo pepinero. Respondió en ambas ocasiones (m.16 y 47+ de penalti) y culminó la remontada en el segundo periodo (m.65).
El Leganés, necesitado de puntuar en su lucha por la permanencia, se fue complicando poco a poco la vida. La segunda roja, a Jorge Sáenz, sepultó todas sus opciones. Con tanta superioridad numérica, el equipo de Marcelino García Toral dio la puntilla en la prolongación con dianas de un veterano como Gerard Moreno, de penalti (m.92) y un joven canterano como Pau Cabanes (m.98).
Victoria más que necesaria para el Villarreal, que asienta su puesto europeo y no pierde más terreno respecto al Athletic en su pretensión de luchar incluso por la Champions. Cuatro puntos les separan, uno menos que los que tiene de ventaja respecto a equipos como Real Sociedad, Girona, Osasuna y Betis, que volvió a tropezar en casa ante el Rayo Vallecano (1-1).
Isco Alarcón, en su primer partido como titular de la campaña tras recuperarse de su lesión, situó por delante al conjunto del chileno Manuel Pellegrini al transformar un penalti, pero un latigazo lejano de Isi Palazón, a los seis minutos del segundo periodo, le dio un empate que sabe a mucho al conjunto de Íñigo Pérez para seguir en zona relativamente tranquila aunque Jorge de Frutos tuvo la opción de la victoria en la prolongación, pero su disparo, en magnífica posición, se marchó alto.
Dentro de esta lucha por la permanencia, Las Palmas es el equipo que acaba el año más en forma. El efecto Diego Martínez sigue dando sus frutos y, con un gol de falta directa de Sandro Ramírez a los 67 minutos, superó al Espanyol (1-0), que marca la zona roja a un punto del Getafe.
El conjunto insular ha logrado diez de los últimos doce puntos y ha tomado una distancia de siete puntos respecto a su rival de este domingo que sin ser definitiva es más que importante. Mucha culpa de esta racha se debe al estado de gracia por el que atraviesa Sandro.
Por contra, Valencia y Alavés se castigaron en Mestalla (2-2), en un duelo marcado por las protestas de la afición a Peter Lim, el propietario del Valencia, que acabó en tablas por un postrero gol de Dani Gómez a los 98 minutos que evitó el k.o. completo del cuadro de Rubén Baraja.
La diana del delantero valencianista evitó la cuarta derrota seguida del cuadro valencianista y la primera victoria del técnico argentino Eduardo ‘Chacho’ Coudet al frente del Alavés, que encadena cuatro empates consecutivos y queda con tan solo dos puntos de margen.
Carlos Martín (m.7) y Joan Jordán (m.88, de penalti) recompensaron la buena labor del conjunto vitoriano, pero un ex como Luis Rioja, de pena máxima (m.70) y Dani Gómez, in extremis (m.98), le arrebataron la victoria que saboreaba y permitieron que el Valencia dejara el ‘farolillo rojo’ al Valladolid y se situara a cuatro puntos de la luz a la espera de jugar el primer encuentro de 2025 de LaLiga, el aplazado por la dana ante el Real Madrid, que se jugará el 3 de enero.
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