Tras el partido entre Flamengo y Vasco Da Gama (0-0), dominado por el equipo Mengão, los defensores y arqueros tuvieron un papel vital para cerrar el encuentro en empate. En partidos donde predomina el juego de un equipo sobre otro, hay que agradecer a los volantes, quienes toman el control de la zona más importante del campo: jugadores que trabajan en silencio, como el uruguayo Nico De La Cruz.
Desde antes de comenzar el encuentro, muchos daban por ganador al Flamengo. Esto se vio reflejado en el campo, ya que tuvo un 64% de posesión del balón, cinco ocasiones claras de gol, 35 toques dentro del área penal y todo el equipo titular calificado por encima de 7.0. Solo hubo un equipo en la cancha.
Estadísticas de Nico de la Cruz
El uruguayo es un jugador versátil y dinámico, reconocido por su inteligencia táctica y buen manejo del balón. Además, es un mediocampista intenso, con un gran despliegue físico, que participa tanto en la fase ofensiva como en la defensiva, siendo un gran representante de “la garra charrúa”. Tiene la capacidad de combinar técnica y agresividad: se destaca en espacios reducidos y tiene visión para asistir a sus compañeros.
Por otro lado, De La Cruz debe mejorar en algunos aspectos, tales como el abuso del traslado del balón, los riesgos innecesarios en zonas comprometidas del campo, y su definición en los últimos tres tercios del terreno.
En los 84 minutos que disputó, tuvo una participación activa en el juego, con un total de 76 toques, mostrando gran precisión al completar 53 de 59 pases (90% de efectividad). Dentro de estos, realizó dos pases clave y envió seis centros, de los cuales cuatro fueron exitosos. En la fase ofensiva, únicamente registró un tiro a puerta.
Desde el punto de vista defensivo, el charrúa se mostró combativo en cada balón: ganó 4 de los 8 duelos disputados, recuperó balones mediante dos intercepciones y un quite, con el gran mérito de no ser regateado en ningún momento.
En resumen, fue un partido donde no brilló por sus estadísticas de ataque, pero sí dejó buenos indicadores en cuanto a distribución del balón y compromiso defensivo. Es un jugador que suda la camiseta y deja todo por el equipo; a veces encargado del trabajo sucio, pero sin duda, un futbolista que, juegue donde juegue y cumpla el rol que le asignen, responderá a la altura.
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