Estados Unidos recuperó, 12 años después de su último oro, su corona en el fútbol olímpico, un torneo en el que suma ya cinco victorias en ocho ediciones. Esta última, en París 2024, en la que la caída de la actual campeona del mundo y de la Liga de Naciones, España, fue la gran sorpresa de la competición.
Las de Emma Hayes se colgaron el oro sin alardes, pero con contundencia y sufriendo. Tras el pleno de puntos en fase de grupos llegó Japón en cuartos, con victoria en la prórroga, igual que en semifinales frente a Alemania. Un 1-0 que se repitió en la final ante Brasil.
Por la mínima camino a un oro que se le resistía desde 2012. Es más, encadenaban dos torneos olímpicos sin llegar a la final. Demasiado tiempo para las reinas del ‘soccer’.
Y con una selección renovada recuperaron su corona en una final contra Brasil que supuso el adiós de Marta a un gran torneo con Brasil, sin un gran trofeo con la ‘canarinha’ en su palmarés.
Considerada la mejor futbolista de la historia, aseguró en zona mixta tras caer por tercera vez en una final olímpica ante Estados Unidos -tras Atenas 2004 y Pekin 2008- que en el Mundial de 2027 estará “en la grada aplaudiendo a las chicas”. Y es que la ‘10’, a sus 38 años, apura sus últimos días en el fútbol.
El camino de las selecciones latinas en el fútbol olímpico
Un final amargo por ver cómo se le escapaba de nuevo el oro, pero que pudo ser peor. En el último partido de la fase de grupos fue expulsada en la primera mitad del partido contra España por una entrada temeraria, con los tacos a la altura de la cabeza de Olga Carmona. Dos partidos de sanción que le hicieron perderse los cuartos y la semifinal.
Una semifinal que confirmó el mal torneo de España. Las de Montse Tomé aspiraban a aumentar su cuenta de éxitos en París 2024, y se fueron de vacío en su primera participación olímpica.
En cuartos, 2-0 abajo contra Colombia en el minuto 79, pero lograron igualar el partido e imponerse en los penaltis. Un final que no pudieron repetir en semifinales contra Brasil, tras verse 3-0 abajo en el marcador en un partido con numerosos errores individuales que provocaron las primeras críticas feroces a las campeonas del mundo.
En el vestuario cerraron filas y se concentraron en un bronce que se escapó con una imagen que dio la vuelta al mundo. En el último minuto de partido, Alexia Putellas asumió la responsabilidad de tirar el penalti que podía forzar la prórroga, pero Ann-Katrin Berger, experta desde los once metros, lo detuvo y frustró la esperanza de España.
Cuartas. Las campeonas del mundo dejaron París en un mar de dudas por el bajo rendimiento de algunas jugadoras y la gestión de Montse Tomé, señalada por sus decisiones.
Unos Juegos Olímpicos que vieron cómo Canadá fue sancionada con seis puntos menos en la fase de grupos al descubrirse que usó drones para espiar los entrenamientos de Nueva Zelanda previos al debut. Y con su seleccionadora apartada. Aun así, se clasificaron a cuartos de final y estuvieron a punto de meterse en semifinales, pero Alemania, bronce, acabó con su intento de gesta en los penaltis.
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