Si Andoni Iraola hubiera tenido que idear un calendario ideal para las diez primeras jornadas de la Premier League, casi seguro que no hubiera optado por enfrentarse a los seis primeros equipos de la clasificación. Pero si al técnico vasco le hubiesen dicho que iba a escalar esta montaña y encontrar en la cima una bolsa con ocho puntos, quizás le hubiese cambiado el gesto.
Hasta hace dos semanas, estaba siendo un inicio de temporada tibio para el Bournemouth, con dos triunfos, dos empates y derrotas contra Chelsea, Liverpool y Leicester City. Nada lejos de la realidad, el Bournemouth es un equipo hecho para mantenerse. Sin muchos apuros, pero para mantenerse. El equipo estaba decimotercero, sin complicaciones ni miedo al descenso, pero el calendario amenazaba. Asomaban Arsenal, Aston Villa y Manchester City en el horizonte.
Arsenal y Manchester City, imbatidos, mientras que el Aston Villa estaba haciendo el mejor inicio de temporada de su historia y está, además, líder en Champions League.
Era un verdadero pico de dificultad para el Bournemouth, que además venía de perder con un rival inferior como era el Leicester City. Con ocho puntos, no sumar en el ‘Everest’ los hubiera dejado al borde del descenso que en estos momentos marca el Ipswich Town con cinco unidades.
Pero los ‘Cherries’ respondieron primero ganando al Arsenal en un partido marcado por la expulsión de William Saliba a la media hora y que no pudieron sellar, por lo parapetados que estaban los ‘Gunners’, hasta los veinte minutos finales, cuando Ryan Christie, tras una jugada de estrategia, y Justin Kluivert, de penalti, acabaron con la invencibilidad del Arsenal.
La visita a Villa Park tuvo peor pinta, porque los de Birmingham merecieron más y fue casi una sorpresa que no se adelantaran hasta el minuto 79, por medio de John McGinn. En la última jugada del partido, con el tiempo prácticamente cumplido, Evanilson, en una falta lateral que cabeceó, rescató un punto que les supo a gloria a los de Iraola y a muy poco a los de Unai Emery.
Y la guinda del pastel llegó este sábado, cuando el Bournemouth doblegó al cuatro veces campeón, que pese al carro de lesiones que arrastra sacó un once de lujo, con Erling Haaland, Ilkay Gundogan, Phil Foden, Bernardo Silva, un Matheus Nunes que venía en racha…
Con los tantos de Antoine Semenyo y de Evanilson, el Bournemouth, que no encajó el 2-1 hasta el 82, resistió ante los ‘Sky Blues’, disparando más a puerta, forzando más paradas de Ederson y sin recurrir a ninguna dureza. Quizás la falta de armario perjudicó a los de Pep Guardiola, pero lo cierto es que el Bournemouth rompió una maldición legendaria contra el Manchester City, ante el que no había sido capaz de puntuar en sus catorce enfrentamientos anteriores.
Desde que Eddie Howe los llevó a la Premier en 2015, el Bournemout siempre había perdido contra el City, en seis ocasiones por tres goles o más, destacando el 6-1 de la temporada pasada. Esa goleada, precisamente, supuso un punto de inflexión en la carrera de Iraola en el Bournemouth porque la directiva no se precipitó con su despido, le mantuvo en el cargo y estuvo casi dos meses invicto con seis victorias en siete partidos.
El objetivo de este Bournemouth no es otro que el de seguir manteniendo la categoría, pero con Iraola, que está asentado en la novena posición con quince unidades, todo hace indicar que esta se logrará sin sufrimiento por segunda campaña consecutiva.
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