El punta derecho brasileño Luiz Henrique ha justificado con goles, asistencias, regates y actuaciones desequilibrantes, tanto en el Campeonato Brasileño como en la Copa Libertadores, la millonaria inversión del Botafogo para repatriarlo procedente del Real Betis español.
El delantero zurdo nacido hace 23 años en una vereda rural de Petrópolis, municipio montañoso en el estado de Río de Janeiro, llegó al conjunto carioca en febrero pasado como la mayor adquisición hasta entonces en la historia del fútbol brasileño.
Botafogo, apoyado por los recursos del magnate estadounidense John Textor, controlador del club, pagó 20 millones de euros para repatriar al delantero, cuya aventura europea no duró más de dos años. Se fue del también carioca Fluminense en julio de 2022 y volvió a Brasil en febrero de 2024.
Pese a que tan solo pudo ser alineado por el técnico Artur Jorge en marzo por una lesión, en nueve meses ha sido decisivo para el equipo que el próximo sábado se medirá en Buenos Aires al también brasileño Atlético Mineiro en la final de la Copa Libertadores.
El cuadro carioca también lucha en paralelo por el título de Liga brasileña.
En 50 partidos disputados en escasos nueve meses en el Botafogo, Luiz Henrique André Rosa da Silva ha anotado once goles (tres en la Libertadores) y repartido cinco asistencias (dos en la Libertadores).
El titular absoluto y segundo mayor anotador del conjunto también es, con 76, líder en regates en el Campeonato Brasileño.
Además de anotador ha sido una pieza desequilibrante en el equipo de Artur Jorge por atraer a las defensas contrarias y dejar a sus compañeros con mayor libertad, y por su habilidad para romper equipos cerrados, algo común jugando como local en la Libertadores.
Una de sus actuaciones más destacadas este año fue en la goleada por 5-0 contra Peñarol en semifinales de la Libertadores, en la que marcó un gol y asistió en otro, lo que le mereció ser elegido el mejor jugador del partido por la Conmebol.
Sus buenas actuaciones le abrieron la puerta de la selección brasileña. Ha sido convocado para los últimos seis partidos de la Canarinha por las eliminatorias mundialistas y ya contabiliza dos goles y una asistencia con la camisa verde-amarela.
La llegada a la selección compensó los esfuerzos que hizo en su infancia, cuando casi abandona el fútbol para dedicarse al judo debido a los viajes que tenía que hacer diariamente desde Petrópolis hasta el centro de entrenamiento del Fluminense, en las afueras de Río.
Luiz Henrique, admitido en los equipos infantiles del Fluminense a sus 11 años, debutó como profesional en 2020, a los 19 años. En el auge de su carrera en el Botafogo, el delantero no esconde su orgullo.
«Un muchacho que sale del Valle del Caragola sin saber de nada y es hoy el jugador más caro de la historia (de Brasil)… Me llena de orgullo a mí y a mi familia. Me siento muy orgulloso porque pasamos muchas dificultades y sufrimos mucho antes de llegar aquí», afirma.
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