El internacional peruano Renato Tapia, futbolista del Celta de Vigo, reconoció que la última semana de competición ha sido muy dura para él porque su equipo llegó a la última jornada de LaLiga con la “presión” de verse inmerso en la pelea por eludir el descenso.
“Terminé en el hospital, me subió la presión, me bajó, estuve mareado, con ganas de vomitar… No por la situación, sino porque llegué a un estado que había cosas externas que estaban en mi mente y exploté. Eso demuestra que estaba comprometido con el club”, destacó el futbolista.
En este sentido, el centrocampista, que ayer entró en la segunda parte el partido contra el FC Barcelona, dejó entrever su disgusto por las críticas a su rendimiento deportivo a lo largo de la temporada:
“Mucha gente decía que mi nivel había bajado, pero lo que yo puedo aportar al club es algo totalmente distinto y creo que lo he hecho. Me siento orgulloso, he dado el cien por cien y me voy tranquilo a mi casa, independientemente de que haya sido protagonista o no”, subrayó.