Las derrotas impulsan el anhelo al futbolista ausente. La del Real Madrid en el Benito Villamarín provocó la añoranza de dos pilares de Carlo Ancelotti, Fede Valverde y Jude Bellingham, y demostró la trascendencia que ha adquirido en la defensa un canterano como Raúl Asencio. El once madridista presentará cambios en el derbi de ‘Champions’ ante el Atlético de Madrid.
Sin Bellingham, de nuevo baja por sanción, en esta ocasión por acumulación de amonestaciones en la Liga de Campeones tras dos partidos de ausencia en LaLiga por su roja en El Sadar tras decir «fuck off» al colegiado, al puzle de Ancelotti le falta una pieza para que encaje.
Es Fede Valverde, destinado a cubrir los días grandes las carencias de un lateral derecho sin Dani Carvajal, al que también añora ‘Carletto’ en el centro del campo. Su apuesta ante el Real Betis por Aurelién Tchouaméni, Luka Modric y Brahim Díaz hizo aguas en un equipo inconsistente. Partido desde los veinte minutos de encuentro. Inconexo en el esfuerzo y carente de solidaridad. Incapaz de poner freno a la inspiración de Isco Alarcón en una zona del campo desde la que el conjunto madridista perdió la batalla.
Esas malas sensaciones impulsan al cambio a un Ancelotti condicionado. Porque en Sevilla perdió a los dos jugadores que más esfuerzos realizan por partido en carreras de largo recorrido. Tanto Bellingham como Valverde aparecen en fase de ataque y son los primeros en correr hacia atrás después de perdida de balón.
Ese bajón en el físico en la medular es un factor a corregir por el técnico italiano que, condicionado también por la ausencia de Dani Ceballos, que además de dar sentido al juego realizaba una gran labor defensiva, deja dos opciones sobre la mesa: continuar con Modric, dándole dos titularidades seguidas en tres días a sus 39 años, o apostar por Eduardo Camavinga.
No engrasó bien la mezcla Tchouaméni-Camavinga en un centro del campo más físico cuando apostó por él Ancelotti este curso. El paso del primero al centro de la zaga y las lesiones que han sufrido ambos han provocado que nunca tuviese continuidad una fórmula que a inicio de curso parecía la elegida para que la añoranza de Toni Kroos no adquiriese la dimensión que tomó su decisión de retirada.
Fede Valverde lo condiciona todo. La titularidad o suplencia de Lucas Vázquez en el lateral. La configuración de un centro del campo donde Brahim Díaz asume el papel de Bellingham con peores condiciones para labores defensivas. En el Benito Villamarín los centrales quedaron expuestos en las acciones de transición con las líneas de pase que trazó Isco. David Alaba y Antonio Rüdiger salieron mal parados.
La apuesta de ‘Carletto’ por Alaba sorprendió a todos. Titular por segunda vez en la temporada en una salida marcada en rojo en el calendario de LaLiga. Ante un equipo en alza como el de Manuel Pellegrini. Acabó superado. Amonestado por cortar de forma abrupta un contragolpe cuando el Real Madrid ya había sido remontado. Sin el ritmo necesario ni la frescura para aguantar más de una hora de partido sobre el césped.
Lo sustituyó Ancelotti, que no tiró de Asencio. Una suplencia tras una confesión en San Sebastián, tras sustitución al descanso. Al canterano, según su entrenador, le habían afectado los cánticos de la grada, deseándole la muerte. No ocurrió en otros estadios donde también fue foco de insultos y respondió con carácter, centrado siempre en el partido.
Lo cierto es que el técnico madridista, siempre respetuoso de los galones, ha ido metiendo a Alaba con la intención de que se asentase como titular. Lo llegó a reconocer en rueda de prensa cuando admitió que, por su experiencia, sin el lesionado Éder Militao, en cuanto estuviese físicamente al máximo sería pareja fija de Rüdiger. Incluso Asencio jugó de lateral derecho en la ida de semifinales ante la Real Sociedad.
En Sevilla el austriaco salió de zona, cayó a banda izquierda y dejó un agujero en la acción del primer gol del Betis, cuando Isco vio el espacio al movimiento de Jesús Rodríguez que fue arrollado por Rüdiger cuando se citaba en el mano a mano con Courtois. Asencio ganó sentado en el banquillo. Su velocidad es clave para intentar frenar la inspiración goleadora de Julián Álvarez.
De esta manera, Ancelotti barrunta tres o cuatro novedades que impulsen el cambio de imagen del Real Madrid. Con el chip de una competición que siempre motiva a los jugadores y lo dan todo en los momentos en los que está todo en juego, como demostraron en la eliminatoria ante el Manchester City. Los laterales, con Lucas o Fede, Mendy o Fran García, la vuelta de Asencio y la tercera pieza del centro del campo, son las decisiones que debe tomar el técnico italiano buscando una nueva reacción tras la octava derrota del curso.
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