Muchos se preguntan por qué la MLS no tiene el sistema de ascenso y descenso como las mejores ligas del mundo. Es un hecho que este sistema haría la liga más emocionante y competitiva.
Ligas como La Premier de Inglaterra, La Liga de España, la Bundesliga de Alemania, La Liga 1 de Francia y la Serie A de Italia, para sólo mencionar las más importantes, tienen ascenso y descenso y han permitido que equipos prácticamente desconocidos puedan codearse con los grandes e incluso disputar las Copa de Europa.
De igual manera, equipos considerados grandes han tenido que descender por malas campañas y luego luchar para ganarse el derecho a volver a la máxima competencia y estar entre los protagonistas.
En la MLS no ocurre lo mismo. Un equipo puede tener una mala campaña y continuamente aparecer entre los coleros y tendrá garantizado su cupo para el año siguiente.
La MLS funciona como una Súper Liga, como una entidad cerrada en la que los integrantes se apoyan para que ninguno pierda sus privilegios y por eso pueden seguir jugando un año tras otro a pesar de los malos resultados.
Desde la óptica del negocio, en Estados Unidos nadie quiere arriesgar su inversión si existe la posibilidad de que al año siguiente tenga que jugar en una categoría inferior, en la que ni la televisión ni los fanáticos apoyan masivamente.
En un escenario hipotético, si en la MLS existiera el descenso, y se aplicara al promedio de las últimas campañas, los equipos que muy seguramente perderían la categoría para 2025 serían San José y DC United.
De igual manera, si se ascendiera al mejor de la campaña anterior, el honor de jugar en la MLS le correspondería a Louisville City, que se proclamó campeón de la USL (United Soccer League), considerada la segunda categoría de los Estados Unidos. Pero esta categoría no tiene relación con la MLS.
Repetimos, todo esto no es más que un escenario hipotético, porque ningún equipo de la MLS quiere que lo saquen de su zona de confort y arriesgar su inversión. Por ahora, y quién sabe por cuántos años más, seguiremos siendo testigos de una liga que quiere competir con las principales del mundo, pero no quiere arriesgar.