La competitividad en el fútbol como en la vida está ligado a la presión que sentimos por ser mejores. Presión del rival en algunos casos, presión de tus propios fans o seguidores en otros casos y hasta presión de la prensa, algo que no existe en la MLS. No hay la fortaleza de una prensa especializada que analice y pueda criticar o apoyar las decisiones de los encargados de la dirección técnica en los equipos.
Es por eso por lo que en la MLS existen muchos comandos técnicos que duran temporadas completas a pesar de tener resultados negativos y actuaciones penosas. Los fans apoyan a los equipos incondicionalmente, ganen o pierdan y en la mayoría de las veces no sabes ni contra quien juegan.
Distinto es en cualquier otro país donde el fútbol es seguido de cerca, no solo por los fans sino por la prensa que está cerca a los equipos y los comandos técnicos haciendo apreciaciones y/o criticas si los resultados no acompañan a dichos equipos.
Para los atletas de elite esta presión es importante para su desempeño y posterior crecimiento como deportista. Al no existir esta atención, o esta presión por parte de los aficionados y la prensa, queda en el ambiente un estado de conformismo o de falta de superación por parte no solo de los deportistas sino también de las instituciones.
En Estados Unidos la cultura futbolística está en formación y a muchos años en comparación a otros países dentro de la misma región de la Concacaf. La afición que rodea los equipos es de mucho respeto y casi admiración, tanto a los cuerpos técnicos como a los jugadores. Existe un limitado sentimiento de crítica constructiva o reclamo hacia los planteles y sus dirigentes.
Esta presión que genera el público y la prensa son claves en el desarrollo del fútbol como tal. Es muy difícil esperar que exista una autocrítica dentro de los planteles si no tienen voces en contra externas. Esto no quiere decir que los procesos que tiene cada club se corten de la noche a la mañana, al contrario, que se vea un crecimiento y un avance en donde tanto fans como prensa y las instituciones, tengan las ideas y los objetivos claros.
El descenso y ascenso es otro factor que impide que exista presión en los clubes de Estado Unidos. No existe el premio mental al mejor y la sanción de decepción al peor, algo que se origina por la competitividad y el deseo de ganar en todos los equipos.
Lo que si existe es la tranquilidad y el conformismo al saber que no pasará nada si pierdes todos los juegos de la temporada, porque la próxima seguramente la jugaras y tienes hasta la posibilidad de ganarla.
Es por estas razones que la presión que se genera en el fútbol profesional es clave para el crecimiento de los jugadores y comandos técnicos. En un país como Estados Unidos donde las bases a nivel económico e infraestructura ya existen, y son de primer mundo, se necesita generar esta presión para poder ayudar al crecimiento y el éxito a nivel clubes y selección.
La actuación del público como el de la prensa deben ser claves para el crecimiento del fútbol profesional en los Estados Unidos. Todos necesitan aprender un poco más.
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