Los malos resultados del Benfica en Europa y sus deslucidas actuaciones en la Liga portuguesa han hecho saltar las alarmas entre los aficionados de las «águilas», preocupados y descontentos con un equipo irreconocible respecto a lo ofrecido la temporada pasada.
El empate del pasado sábado contra el Casa Pia (1-1) acabó con un diluvio de silbidos por parte de los presentes en el Estádio da Luz, que mostraron su insatisfacción con otra actuación insulsa de los campeones portugueses.
El equipo que encandiló a Europa tras quedar primero de su grupo en la anterior Liga de Campeones -por delante del PSG de Messi y del Juventus de Turín- y alcanzar los cuartos encadena una racha de tres derrotas consecutivas en la máxima competición europea, la última ante la Real Sociedad (0-1), y sin haber marcado ningún gol.
El ataque ha sido el mayor punto débil del Benfica, que además ha tenido que lidiar con un mediocampo desconectado y un sinfín de lesiones.
Todo empezó de la mejor manera, con la conquista de la Supercopa lusa frente a su gran rival, el Oporto (2-0).
Y sin contar la «Champions», sólo ha cosechado una derrota y un empate en Liga, algo que no ha impedido que la afición abuchee lo visto sobre el césped.
«Tampoco estamos contentos, estamos decepcionados por cómo hemos jugado», declaró recientemente en rueda de prensa el entrenador del equipo, el alemán Roger Schmidt.
SE BUSCA DELANTERO
El Benfica tuvo que despedirse en verano de su baza en ataque, Gonçalo Ramos, ahora a las órdenes de Luis Enrique en el PSG, y a Schmidt le ha costado encontrar un sustituto adecuado.
La apuesta del germano fue el brasileño Arthur Cabral, fichado del Fiorentina por unos 20 millones, más cinco por objetivos.
Hasta ahora, Cabral sólo ha marcado en una ocasión, en la Copa de Portugal, y su cambio en el partido del sábado osciló entre los silbidos y los aplausos.
Mientras tanto, Schmidt ha estado experimentando con diferentes opciones de ataque, la más habitual ha sido con el croata Petar Musa, que ha marcado cuatro goles, pero es probable que su lesión devuelva al brasileño al once inicial.
Afortunadamente para el Benfica, los goles han llegado de la buena forma del argentino Ángel Di María, a menudo decisivo sobre el terreno de juego y máximo goleador del equipo, con seis dianas.
EL BENFICA ECHA DE MENOS A GRIMALDO
Al igual que Ramos, también se echa de menos a Álex Grimaldo, que se marchó al Bayer Leverkusen tras ocho años en las «águilas».
El lateral izquierdo valenciano era fundamental no sólo en tareas defensivas, sino también en las ofensivas, donde era un complemento importante en la dinámica de un mediocampo con la mirada puesta en el ataque.
El sustituto ha sido el internacional checo David Jurásek, y al final del mercado el Benfica recibió al veterano español Juan Bernat, cedido por el PSG, pero ambos se han visto lastrados por lesiones, por lo que aún se desconoce quién ocupará el puesto.
UN MEDIOCAMPO SOMBRA DE SÍ MISMO
La capacidad de Grimaldo para retroceder y cerrar los espacios dejados por el mediocampo es algo que el Benfica ha echado en falta este curso, en el que sus centrocampistas han sido una sombra de sí mismos.
Su desconexión, sobre todo en los últimos partidos, ha provocado muchos balones perdidos, por ejemplo -algo que la Real Sociedad aprovechó de forma excepcional-, lo que genera un peso adicional en defensa.
Rafa y João Mário no han estado tan brillantes, el noruego Ausrnes ha estado cubriendo el lateral izquierdo, y el dúo de centrocampistas defensivos, posiciones fundamentales en el 4-2-3-1 de Roger Schmidt, sigue sin estar definido.
A la lista de problemas se suman las lesiones.
El turco Orkun Kökçü, que con los 25 millones pagados por el Benfica al Feyenoord se convirtió en el fichaje más caro del fútbol portugués, se perderá los próximos partidos, al igual que el lateral danés Alexander Bah y Musa.
Además, es poco probable que el centrocampista brasileño David Neres, que saltó al once titular ante la baja forma de Mário, vuelva a jugar en 2023 debido a una lesión de menisco.
En definitiva, van a ser unas semanas duras para las «águilas», que visitarán San Sebastián el 8 de noviembre para reencontrarse con la Real Sociedad, y, poco después, el día 12, tendrán el derbi de Lisboa contra su histórico rival, el Sporting de Portugal, en Liga.
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